
Kohlhaas
Obra seminal del llamado 'teatro di narrazione', el estreno de Kohlhaas a manos de Marco Baliani en 1989 supuso un revulsivo en el panorama teatral italiano de finales de los ochenta. Partiendo del inmortal texto de Heinrich von Kleist, Baliani no solo reactivó una nueva forma de comunicación con el público, sino que dio el primer paso para una reconsideración completa de lo que es el teatro mismo.
Hace años [concreta el mismo Baliani] conté Kohlhaas por primera vez. Sentado en una silla durante hora y media experimenté con un teatro de pura narración. Desde entonces lo han llamado así, teatro de narración, todos los que antes y después han seguido mi ejemplo y han intentado, cada uno de forma diversa y a partir de distintos contenidos, reducir su propio espacio escénico a un cuerpo narrante. He dicho “pura” narración, aunque son justamente las impurezas las que vuelven viva una narración. Más de la mitad del “texto” de Kohlhaas está compuesto por lo que hace mi cuerpo, por los pies que golpean el suelo, por las manos, por las miradas, por lo biológico de mi propio ser. Es imposible, por tanto, transferirlo a la página escrita. He intentado el texto como sucesión de palabras y didascalias, ha sido publicado, pero falta el cuerpo. Lo que se ha destilado en la página es la sustancia fría de lo que sucede en la escena.
El breve texto expone de forma directa una de las características fundamentales del movimiento: el hecho de que nos encontramos ante un tipo de manifestación teatral pensada para un único actor solista en la que el desarrollo del espectáculo recae de forma exclusiva en la exploración de todos los mecanismos que ofrece la “fisicidad del cuerpo narrante” del actor. El actor, solo en mitad de un escenario vacío y erradicado como está en el “aquí” y “ahora” de la representación, debe enfrentarse en el teatro de narración al desafío de tener como único instrumento los mecanismos vocales y gestuales de que dispone prescindiendo para ello de todo tipo de atrezo o de recurso escenográfico. Pasados treinta años de aquel estreno y después de más de un millar de representaciones, la adaptación de Baliani y Rostagno no es solo una de las piezas clave del panorama teatral italiano de las últimas décadas, sino uno de los ejemplos más sobresalientes de las infinitas posibilidades expresivas que es capaz de encerrar un texto teatral.
El actor Riccardo Rigamonti lleva varios años llevando a los escenarios el Kohlhaas de Marco Baliani con esta misma traducción al castellano de Beatriz Castellary.
MARCO BALIANI (Verbania, 1950) se inicia en el campo de la animación teatral con la fundación en 1975 de la compañía Ruotalibera, actividad que compaginará desde finales de los ochenta con la investigación en torno al trabajo actoral en espectáculos teatrales monologados. En esta particular modalidad escénica, poco después denominada “teatro de narración”, verán la luz dos de sus obras más aclamadas, el presente Kohlhaas (1989) y Corpo di stato (1998), sobre el secuestro y asesinato de Aldo Moro. De su extensa y variada producción como actor, dramaturgo y director teatral cabe mencionar, entre otros títulos, Peer Gynt (1994), La Crociata dei Bambini (1999), Pinocchio Nero (2005) o las más recientes Trincea (2015) y Una notte sbagliata (2019), así como los ensayos Pensieri di un raccontatore di storie (1991) y Ho cavalcato in groppa ad una sedia (2010).